No todas las serpientes muerden Existe la posibilidad de que te regalasen este libro en tu cumpleaños. O posiblemente en navidades. La tía Fifi iba a regalarte unos calcetines que eran dos tallas más grandes que la tuya (que no querías llevar ni cuando crecieras). En vez de eso, oyó a alguien hablar de este libro imprimible desde Internet, recordó que tenías uno de esos aparatos que se llaman ordenadores o algo así y que intentaste enseñarle a usarlo las ultimas navidades (cosa que dejaste de hacer cuando viste que ella intentaba hablarle al ratón), y te imprimió una copia. Agradécele que no te regalase los viejos calcetines. En vez de eso, espero que no te haya defraudado cuando salí del papel de envolver reciclado. Yo, un libro que no habla tanto como tu tía (de acuerdo, no hablo nada de nada), con un título que no augura nada bueno sobre “Aprender. . .”. Sin embargo, entretente un rato pensando cómo me siento yo. Si fueras el personaje de esta novela sobre magos que está en la estantería de tu dormitorio, posiblemente yo tendría dientes... o incluso ojos. Dentro de mí tendría fotos con imágenes que se moverían, o sería capaz de hacer sonidos y quejidos fantasmales cuando abrieras mis páginas. En lugar de eso, estoy impreso en páginas de tamaño folio, engrapadas o tal vez aprisionadas en una carpeta. Como podría saberlo—Si no tengo ojos. Daría cualquier cosa por una hermosa y afilada dentadura. . .Si embargo no es tan malo como suena. Incluso aunque no pueda hablar... o morderte los dedos cuando no estas mirando... Puedo enseñarte un poquito sobre lo que hace que los ordenadores funcionen. No hablo de las piezas, con cables, conexiones, chips de ordenador y dispositivos que podrían, más que probablemente, electrocutarte en cuanto los tocaras (por eso ¡¡no los toques!!)—sino de todo aquello que por va dentro de esos cables, circuitos y chips, que es lo que hace que los ordenadores sean útiles. Es como esos pequeños pensamientos que andan dentro de tu cabeza. Si no tuvieras pensamientos estarías sentado en el suelo de tu dormitorio, con la mirada perdida hacia la puerta de tu habitación y babeando en la camiseta. Sin los programas, los ordenadores solamente serían útiles para sujetar las puertas—e incluso para eso no serían muy útiles, porque tropezarías constantemente con ellos por la noche. Y no hay nada peor que darse un golpe en un dedo del pie en la oscuridad. Solamente soy un libro, incluso yo sé eso Tu familia puede que tenga una Playstation, Xbox o Wii en la sala de estar— No son muy útiles sin programas (Juegos) para hacerlas funcionar. Tu reproductor de DVD, posiblemente tu frigorífico e incluso tu coche, todos contienen programas de ordenador para hacerlos más útiles de lo que serían sin ellos. Tu reproductor de DVD tiene programas que sirven para que pueda reproducir lo que hay en un DVD; tu frigorífico podría tener un programa simple que le asegura que no usa demasiada electricidad, pero sí la suficiente para mantener la comida fría; tu coche podría tener un ordenador con un programa para avisar al conductor que van a chocar contra algo. Si supieras escribir programas de ordenador, podrías hacer toda clase de cosas útiles. Tal vez escribir tus propios juegos. Crear páginas web que hagan cosas, en lugar de estar ahí delante paradas con su colorida apariencia. Ser capaz de programar te podría ayudar incluso con tus deberes. Dicho esto, vamos a hacer algo un poco más interesante. Capitulo 1 del libro: Doma de serpientes para niños