
Generalmente, el cierre de una venta es, al mismo tiempo, el punto flaco y el más importante del proceso de venta que va desde la prospección, la conversión a cliente e identificación de oportunidades y -por supuesto- la venta. Una vez que las oportunidades son identificadas y convertidas en ventas, es fácil estimar los ingresos que percibiremos en fechas determinadas para cumplir nuestros compromisos y planear mejor la operación del negocio e incluso nuevos proyectos.
Para mejorar tu desempeño como vendedor, debes preparar las visitas a cada uno de tus clientes y prospectos. No importa que sean clientes de mucho tiempo y que creas conocerlos a la perfección. Basta con que prepares un sencillo cuestionario antes de tus visitas de negocios:
Podemos clasificarlos en dos grupos:
Se utilizan con un cliente asertivo, es decir, una persona abiertamente dominante. El vendedor se debe conducir con cautela frente a este tipo de clientes, para no cuestionar su autoridad, y siempre sugerir soluciones, pero sin perder de vista el objetivo de cerrar la venta y evitar dejar decisiones para futuras visitas.
Es recomendable cuando se trata con clientes no asertivos, es decir, personas encubiertamente dominantes. Con estos clientes se requiere todavía más cuidado, ya que son amables y pueden llegar a aprovechar el grado de confianza para postergar su decisión de compra.
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