A ver, les comento:
Mi empresa se constituye de 5 personas. Somos una empresa de Consultoría y Capacitación. Una característica importante es que por su naturaleza, todos somos profesionales y solamente 1 persona tiene menos de 50 años de edad (27 años para ser específico). No estamos todo el tiempo juntos y el trabajo es de mucha autogestión. Por supuesto que hay interacciones en ciertos momentos y por qué no decirlo, conflictos. Aunque por su naturaleza yo los clasificaría más como una tipología de conflicto por datos y por intereses; es decir, aquellos generados por información en el marco de una relación profesional y porque en ciertos casos se dan intereses contrapuestos por tareas, asignaciones y remuneración. Como Director, si no me corresponde, no entro en el conflicto y dejo que las partes se pongan de acuerdo y busquen la salida. Me digo: "ya están grandes, son profesionales, no son enemigos y podrán ponerse de acuerdo. Ya están viejos y no estamos entre niños. Cada uno sabe lo que quiere y lo que le conviene". En otros casos y cuándo hay dificultad para ponerse de acuerdo, ellos me buscan como su facilitador para alcanzar dicho acuerdo y en otros casos, cuando el asunto es económico (eso es conmigo), escucho a la persona, sus argumentos y del porqué de su postura. Trato de comprenderlo. Luego, expongo la situación del proyecto específico para el cual se nos ha contratado, las condiciones, las posibilidades reales para PENSUM y del porqué de la propuesta económica para el Consultor asociado. Siempre trato de hablar con la verdad y con honestidad. En realidad siempre los conflictos se han resuelto sin mayores aspavientos. Nunca el conflicto se ha traducido en un quiebre de una relación o poner en riesgo un proyecto con un cliente. Mi empresa tiene más de 33 años y los Consultores, ninguno tiene menos de 10 años de ser un asociado.